Han pasado casi tres meses de ocurrido el sismo que azotó el sur peruano y los trabajos de reconstrucción aún no se han iniciado, los miles de damnificados continuan con la incertidumbre que les provocó la furia de la naturaleza el pasado quince de agosto.
Los escombros continúan regados por todas las calles de la ciudad, el trabajo que aporta el gobierno es insuficiente, los pobladores de las ciudades más afectadas como Chincha, Pisco e Ica permanecen en las carpas que fueron puestas a su disposición como medidas preventivas.
Y es que resulta difícil de creer que en Pisco se hayan removido escombros, como dice el Gobierno, 600 mil metros cúbicos, pues basta recorrer las calles para toparse con gigantescos cúmulos de escombros que parecen nunca acabar.
Aunque en Ica, los trabajos han sido avanzados en un 70 por ciento, el panorama sigue siendo desalentador pues las obras de reconstrucción no ven la luz y de seguir con esta ineptitud podría ocasionar el descontento de la población afectada.
Toda ayuda es insuficiente, ninguna muestra de solidaridad es menospreciada, pongamos de nuestra parte para aliviar el dolor de nuestros hermanos del sur.
El centro de Ica fue totalmente destruido por el sismo de 7,9 grados.
La iglesia del señor de Luren continua con los daños causados a su infraestructura.
Misa realizada a las afueras del templo del señor de Luren y congregó a cientos de lugareños.
La torre de la imponente Iglesia sucumbió ante el fuerte sismo.
El templo perdió la belleza arquitectónica que la distinguió por siglos.
Los trabajos de remoción de escombros se iniciaron con ayuda de maquinarias del Ministerio de Agricultura.
Aún queda mucho trabajo por hacer, muchas calles aledañas continuan sumergidas entre los escombros de inmuebles devastados.
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