19 noviembre, 2007

El Emporio de las Verduras: La Parada

Texto y fotos de Yodashira Pérez


En medio de la congestión vehicular y el peligro se encuentra “La parada”, el emporio verdulero más grande de la capital.

Desde muy temprano en Aviación donde se ubica el mercado suministrador de alimentos más grande La Parada, el movimiento comercial es incomparable e intenso las personas se preparan desde las tres y media de la mañana para comercializar sus productos.
En medio de este gran ajetreo lleno de rostros afanados sobresalen los populares “cargadores”, quienes desde muy temprano se preparan para su jornada diaria de trasportar de un lugar a otro los productos que se les demandan.

Mañanas de ajetreo y candente peligro aguardan las calles de aviación y gamarra, pues los delincuentes están a la orden del día al igual de los cochineros quienes aprovechan para vender de madrugada los productos que días anteriores por medio del hurto.
No se sorprenda si encuentra un objeto suyo en aquellas esquinas de maleantes vendiendo al mejor postor cosas robadas, pues este es el constante ambiente gris y matutino de Aviación, sus habitantes y sus principales protagonistas las verduras.

Cebollas y maracuyás acompañan la descarga de productos trasportados por un cargador que en medio del ajetreo descarga su coche de ruedas mientras un consumidor lo esquiva para llegar a comprar su kilo de cebollas.

Principales personajes de la obra diaria “La Parada” hace su aparición un cargador que con el cuerpo semidesnudo trasporta productos dejando de lado en intenso frío matutino.




Ensalada lista para comer y saborear al fino sazón de la parada cebolla, zanahoria y rabanito picados esperan ser servidos en la mesa de los hogares limeños.

Comerciantes preparándose para la jornada de ventas y consumidores con listas en mano, dibujan el primer panorama matutino del mercado verdulero más grande de Lima, La Parada.

El movimiento vehicular, humano y comercial en Aviación llena las pistas y veredas de comercio mientras que los compradores en potencia continúan llegando a medida que las horas avanzan.

Cinco y media de la mañana y los infaltables emolienteros empiezan a preparar sus implementos e ingredientes para su preparación mientras las calles empiezan a llenarse de gente.


Un cargador exhausto descansa su andar disimuladamente manteniendo su carreta apoyada sobre su cadera mientras las cebollas y las naranjas reclaman atrapadas en costales, llegar al camión de donde serán distribuidas a diversos mercados de Lima.

Ingresando al emporio más famoso de la Victoria, “La Parada”, se encuentran a las infaltables panaderas ambulantes o vendedoras matutinas andinas que ofrecen y degustan su propia mercancía antes de ofrecérsela al público.

1 comentario:

Anónimo dijo...

buena imagenes no pense que el perú era asi vista de esa perspectiva.