16 diciembre, 2007

Día de los Muertos

Texto y fotos de Stefanni Vértiz

El 1ro de noviembre los cementerios del Perú se llenan de vida, porque miles de familias visitan y recuerdan a sus deudos.

Flores y rezos, velas y responsos, pero también música y baile, brindis y comidas en honor al pariente desaparecido, son escenas comunes en los camposantos de todo el país.

La añoranza por el ser querido se convierte en un motivo de reencuentro y reunión, entonces, las penas se aminoran y por un horas -quizás mágicas, tal vez inexplicables- el dolor se atenúa, las cicatrices del alma desaparecen y las penas se convierten en un vendaval de recuerdos alegres, en un torbellino de añoranzas festivas.Un camino tortuoso y serpenteante.

Un caos de cruces y lápidas anónimas. Agitación, desorden, pregones y letanías. Gente que llora, gente que ríe, gente que intenta recordar, pero los recuerdos son como las flores, se marchitan con el tiempo

La mejor venta de flores es
en el día de los muertos, se tiene que aprovechar.


Un rico chicharrón antes de iniciar la caminata.

Ingreso al Cementerio Nueva Esperanza.


El peregrinaje de los familiares
para ver a su difunto.


Un almuerzo para compartir,
esta es una costumbre en esta fecha.


El comer al lado de los nichos es una tradición.


No solo se encuentra tristeza,
sino también alegrías.


Grandes y niños recorren los cerros.


Aquí no existes lapidas,
solo una cruz para identificar a tu difunto.


El llevar música al difunto es una costumbre.

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